lunes, 18 de febrero de 2019

Capítulo 8.- En grupo es más divertido


Sábado por la tarde. He terminado a las 14h mi jornada laboral de ocho horas. Tengo que volver a trabajar a las 22h. Para aguantar el doblete, podría echar la siesta toda la tarde, pero una llamada de Agus me ha trastocado mis planes de sueño. 
Como a toda prisa el rico pollo al horno que me ha preparado Bea. Ella hoy libra por lo que le ha tocado hacer de chef. Tras poco más de veinte minutos llenando nuestras cavidades digestivas, despejamos la mesa e introducimos platos vasos y cubertería en el lavavajillas. Me enfundo el traje de cordura y las botas mientras Bea hace lo mismo por su parte. Hemos quedado a las 15:30. Hoy seremos cuatro motos. Mi primera ruta después de la rotura de mi escafoides. Mi mano se encuentra aún lejos de estar al 100% y aunque a veces me da algo de guerra, voy ganando batalla tras batalla. Es cuestión de tiempo que se rinda y esté dispuesta a firmar la paz.
Bajamos en el ascensor. La Negra nos recibe sorprendida y entusiasmada, y así nos lo comunica su corazón bóxer al arrancarla. Llegamos al aparcamiento de La Hacienda, un bar-restaurante muy próximo a nuestra casa. Llego al mismo tiempo que Herrera. Él cabalga una preciosa 1200GS LC. Agus y Pareja habían llegado antes. Lo supe al ver sus motos ya estacionadas. Ambos forman el equipo Ducati. El primero a lomos de una Multiestrada y el otro cabalgando sobre una 848 EVO la cual daría de qué hablar toda la tarde.
En la terraza sentados ya nos estaban esperando, acompañados de un café y una cerveza. Pedimos cafe también para nosotros tres y nos sentamos junto a ellos, saboreando lentamente nuestras infusiones.
El primero de muchos -pensé, pues seguramente iba a necesitar mucha cafeína para aguantar lúcido hasta las seis de la mañana.
Lorenzo nos acaricia con sus rayos mientras decidimos la ruta a seguir. Tras un cuarto de hora iniciamos trayecto hasta una gasolinera cercana, donde repostar y tomar nuestras primeras instantáneas. El postureo es el postureo.




Volvemos a la carretera. Dos km más adelante encontramos a varios compañeros del curro. Les saludamos. Al reconocernos, gotas de babilla se deslizan por sus mentones: la envidia sana de no poder acompañarnos les inunda.

Seguimos ruta a través de la N-135. Herrera va abriendo camino a paso firme. Ni rápido ni despacio, como a mí me gusta. Vamos circulando entre el tráfico de enlatados y bicicletas mientras disfrutamos del despejado cerúleo. Las gafas de sol se hacen imprescindibles. Casi tanto como unos tapones para los oídos: la Ducati de Pareja se hace notar al pasar. Sin los dbkillers inunda el espacio con un atronador ruido. Es como si su montura carmesí quisiera ser la reina de esta fiesta intentando destacar a toda costa. Y lo consigue fácilmente.
Detenemos nuestras monturas en el alto de Mezkiritz, donde Pareja descubre lo que es la nieve, mejor dicho, la nieve convertida en hielo. La alegría le inunda. Pone la misma cara que pone un niño abriendo un regalo de tamaño XXL. Después de manosearla nos pregunta "¿pero esto es nieve? Yo creía que la nieve era blandita", pregunta que nos hace reir a carcajadas.


Volvemos a inmortalizar el momento y seguimos rumbo Norte hasta tomar la vía NA-1720. La Negra se muestra estable y ágil, a pesar del paquete que la conduce.
Disfrutamos de la estrecha carretera y del paisaje que nos rodea, pegados al río Urrobi hasta llegar a Aoiz. Voy encabezando la marcha. A medio camino Agus hace gala de su conducción (es bueno, pero bueno de cojones) y se adelanta fácilmente para grabarnos un vídeo al pasar.


En los túneles la 848 EVO ruge como lo hacen los leones en la sabana. Da la sensación de que todo va a derrumbarse con las potentes ondas sonoras que desprenden sus tubos Termigioni. Agus y yo nos echamos las manos a la cabeza. Le grito a través del interfono a Bea "¡¡¡YO QUIERO!!!", pero el culo de mi Negra viene de serie. Es lo que tiene ser pobre.
Desde ahí se sigue rumbo a Lumbier a través de la rápida NA-150. Al llegar Pareja nos comenta que tiene que darle de beber a su yegua. Es lo que tiene tener una jaca de pequeño estómago. Se decide hacerlo en Aibar donde la Ducati se come más de 11 litros de los 12 que tiene de espacio. Sin perder tiempo se toma la rápida NA-132 hasta San Martín de Unx donde una patrulla de la Guardia Civil nos informa que la carretera está más adelante cortada por una manifestación, asi que se decide llegar a la preciosa localidad de Olite a través de la NA-5300. Herrera nos guía ya que conoce la zona como la palma de su mano. Da gusto ir detrás de él: tomamos las curvas muy fácilmente usando su misma trazada. Al llegar a Olite se hace un alto en el camino. Ahora le toca repostar a los jinetes, usando para ello varias Estrellas Galicia. Las tomamos con calma, dejando que resbalen poco a poco a través de nuestras secas gargantas. Elegimos tomarla de botellín, salvo el pijeras de Herrera que lo hace usando un fino vaso. Je, je, je. (¡¡Un saludo Herrera!!) La sensación de felicidad nos invade. Está siendo una ruta muy vistosa y agradable.


Ya sólo queda llegar a casa, cosa que hacemos mientras el Astro Rey se va despidiendo por el Oeste. . Antes nos paramos en una rotonda, testigo inmóvil de las últimas fotografías con el pensamiento de "cada mochuelo a su olivo". Dispersión. 


Al llegar a casa después de darle un beso de buenas noches a mi Negra, la sensación de haberlo pasado en grande nos inunda. 
Da gusto compartir rutas con gente tan positiva. Gracias Herrera, gracias Agus y gracias Pareja. Sois la ostia. Nos lo hemos pasado en grande. Espero que esta sea la primera de muchas, y que a la próxima puedan acudir más gente.
Son las siete y pico de la tarde. Toca hacer la cena, cenar y... ¡DE VUELTA AL CURRO! 

2 comentarios:

  1. Muy buena salida. Espero que la customización de tus compañeros de viajes sea por petición. Porque es para darte una paliza. Jajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bien elegantes que han salido. Y no fue una customización: son así 🤣🤣

      Eliminar